La ausencia de predadores se hace notar este invierno. Algunos campos linderos emplean veneno para abatir a los predadores y en RASA ya no se ven los zorros ni el gato montés que mantenía a raya la población de liebres. Los herbívoros han aumentado mucho en número y al perderse las pasturas del verano comenzaron a destruir la forestación. Sauces y tamariscos son cortados y comidos, previéndose lamentablemente su pérdida. Debido a que RASA tiene más de dos mil unidades plantadas, es muy difícil proteger a cada uno con envolturas plásticas